Centro de estudios para la Economía del Cuidado

Centro de estudios para la Economía del Cuidado
Nuestro objetivo es transformar el sector de la Economía del Cuidado por medio de la identificación, documentación y promoción de iniciativas de mercado que reconocen y reducen, redistribuyen y recompensan el trabajo doméstico y de cuidado, remunerado o no.
En América Latina, Asia y África, las mujeres dedican entre tres y cinco veces más horas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres, y realizan el 80 % del total de horas dedicadas al trabajo de cuidado no remunerado en el hogar.

Creemos que existen soluciones de mercado innovadoras para reconocer, recompensar, reducir y redistribuir las actividades domésticas y de cuidado, y están aumentando. Estos incluyen la provisión de cuidado infantil asequible y de alta calidad para comunidades desatendidas, soluciones para el cuidado infantil en el lugar de trabajo, soluciones que mejoran las condiciones laborales para los(as) trabajadores(as) de la economía del cuidado y tecnologías innovadoras que ahorran tiempo y esfuerzo.

Sin embargo, existe una clara brecha de conocimiento que impide la inversión privada en estos negocios y les impide crecer y replicarse.

¿Qué es la Economía del Cuidado?

La Economía del Cuidado consiste en las actividades y los servicios que se prestan de manera remunerada o no, que apoyan el cuidado en todas sus formas. Esto incluye:
Trabajos al interior del hogar: 
Actividades como cocinar, lavar, limpiar, recoger agua, buscar fuentes de energía, cuidar a integrantes de la familia como niños (as), adultos (as) mayores, personas con enfermedades, personas con discapacidad, entre otras. Este trabajo, aunque es fundamental para el funcionamiento de nuestra sociedad, generalmente es poco valorado y no remunerado.
Trabajo fuera del hogar: 
Actividades remuneradas al servicio de terceros realizando labores domésticas de limpieza y aseo, cuidado de niños(as), adultos(as) mayores, personas con enfermedades, personas con discapacidad, entre otras. Generalmente, quienes brindan estos servicios lo hacen desde la informalidad laboral (sin contrato de trabajo, sin protección social, etc) y suelen recibir una baja remuneración.
Es feminizado: 
Las mujeres y las niñas se encargan de la mayoría de las responsabilidades del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. ​Esta sobrecarga tiene implicaciones sobre el desempleo y la inactividad laboral de las mujeres y limita sus oportunidades de autonomía económica.
Vías de impacto: 
El primer paso es reconocer la necesidad y la carga de los(as) trabajadores(as) domésticos(as) y de cuidado remunerados y no remunerados. Las empresas de la economía del cuidado pueden entonces ayudar a reducir, recompensar y redistribuir el trabajo de cuidado de las siguientes maneras:

Reconocer

Iniciativas que aumentan la visibilidad y el reconocimiento de las actividades domésticas remunerados y no remunerados como trabajo "productivo" que crea valor real y contribuye a las economías y sociedades.

Reducir

El tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado a través de productos, servicios e iniciativas.






Recompensar

Por medio de productos, servicios e iniciativas que les permitan a trabajadores(as) domésticos(as) y del cuidado recibir una justa remuneración y avanzar en sus carreras con mejores condiciones laborales.

Redistribuir

Servicios e iniciativas que:
1) Redistribuyen el trabajo del cuidado de los individuos hacia entidades del sector público y privado
2) Redistribuyen el cuidado y el trabajo doméstico al interior del hogar